Damián
se siente confuso desde que perdió su trabajo. Un día comete un pequeño
hurto en un mercado de anticuarios y se esconde en el interior de un
armario. Antes de que pueda salir, el armario es vendido y trasladado a
la habitación de matrimonio de Lucía y Fede, donde Damián termina
instalado, como si formara parte del mueble.
La habilidad con que
se lleva hasta las últimas consecuencias una premisa imposible, aunque
verosímil, imprime a esta novela una tensión extraordinaria. Así, desde
su escondite, Damián observa a esta familia.
Así, se irá
acercando al corazón de Lucía, a sus temores y a sus sueños, y al
hacerlo se sabrá por fin respetado y comprobará de todo lo que es capaz
al sentirse vivo.
El Juan José Millás lector y el gran escritor
se dan la mano en esta novela que contiene un fuerte valor simbólico en
su aparente sencillez. La mejor prosa millasiana al servicio de una
novela brillante que articula las obsesiones del maestro de la
extrañeza.
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